sábado, 25 de abril de 2009

Tras 7 meses donde su vida dio un vuelco se encontró consigo mismo bebiendo vino en un bar del centro de Madrid, el humo del tabaco le aturdía y todo lo que había bebido deseaba huir de su estómago con gran persistencia. Con la cabeza apoyada en la barra, pero con la sensación de que estaba volando, escuchaba hablar a los que ahora eran sus amigos, tras unos minutos ya un poco más sereno, no se olvido de lo que pensó en el estado de aturdimiento en el que se encontraba.

Pensó en tanta gente, tanta gente que le había abandonado, otra gente que él había abandonado pero nunca olvidado. Pensó en que si tenía sentido eso que hacía, si de verdad era 'la verdad' o no era más que una patraña, demasiado quedaba por leer,ver, pensar y escribir. Pensó en la gente que había conocido y en la que le quedaba por conocer. Pensó en ellas y descubrió que es la causa, condición y negación de todo.

Al levantarse y en su larga vuelta a casa, sintió que todo el mundo que desde hace 7 meses había estado construyendo se tambaleaba, al igual que el al andar, pero tal vez más que tambalearse lo que le pasa es que le faltan algunas columnas más, el edificio es inmenso.

'No no le faltan columnas, lo que le faltan son unas escaleras'.

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